En España existen cerca de 17.000 autobuses que realizan servicios de transporte escolar y se considera uno de los medios más seguros para desplazarse.

Una de las personas que ayuda a la seguridad en autobuses escolares de los más pequeños durante el viaje es el acompañante, que en muchos casos suele ser un profesor del centro. Es importante recordar que su presencia en los autobuses escolares es obligatoria, siempre debe haber un responsable que acompañe a los menores.

Otro momento en el que el acompañante no puede faltar en el autobús es en las excursiones escolares. En estos casos, los profesores que acompañan a los alumnos no tienen por qué saber las normas de funcionamiento durante el trayecto. Para aquellos que realicen la labor de acompañante por primera vez o aquellos no sepan muy bien los pasos a seguir, os dejamos con algunos consejos para el viaje.

Seguridad en autobuses escolares antes de arrancar

Antes de comenzar el viaje se recomienda a los acompañantes presentarse, al menos, 5 minutos antes en el lugar de recogida. Una vez allí, hay que solicitar al conductor que realice la comprobación habitual de los mecanismos de seguridad.

Una vez revisado este sistema, tendrás que hacer repaso del material del botiquín que hay a bordo para ver de qué material dispone el autobús escolar. Los jóvenes pueden sufrir mareos, dolores de cabeza o de barriga durante el trayecto por lo que es importante hacer esta comprobación antes de salir.

Por último, y por motivos de seguridad, el acompañante debe ponerse el chaleco reflectante. Esto servirá a los niños para distinguir a la persona responsable y, en caso de que sea necesario salir del vehículo, permite una mejor visibilidad del individuo en la carretera.

Durante el trayecto

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Tras comprobar la seguridad del autobús escolar, toca organizar a los alumnos. Lo primero que hay que hacer es pasar lista y anotar las incidencias o usencias de ese día. Se recomienda hacer esta tarea en la puerta de entrada al autobús para comprobar que todos los niños que se nombran estarán en el vehículo.

A medida que avancen hay que recordarles que dejen los primeros asientos libres. Si sabes de algún alumno que tenga problemas o mareos en los viajes, lo mejor es ubicarlo en los primeros asientos para que tenga más espacio y disminuya su sensación de agobio.

Cuando los alumnos están en el autobús, debes comprobar que todos ocupan sus asientos antes de arrancar y reubica a los niños si fuera necesario. Si todo está en orden, puedes indicar al conductor que ya puede arrancar.

Durante el viaje, lo más útil es colocarse en los asientos centrales, por si necesitas desplazarte durante el viaje, o bien en los asientos traseros, para tener una visión amplia de todo lo que ocurre en el autobús.

En las paradas

En trayectos largos, es recomendable hacer paradas cada hora y media o dos horas. Se aconseja anunciar a los niños que se va a hacer una parada, la duración que tendrá y la hora a la que se vuelve a poner en marcha el autobús.

Cuando el autobús se detiene, el profesor debe ser el primero en bajar para indicar a los alumnos el momento adecuado para salir con seguridad.

Tras agotar el tiempo de la parada hay que volver a pasar lista para comprobar que están todos los niños.

En el lugar de destino

En la última parada, será necesario organizar a los alumnos y acompañarlos hasta el centro escolar o destino de la excursión. Lo habitual es que profesor encabece la marcha para guiar a los alumnos, comprobando regularmente que nadie se pierde o se aleja del grupo.

Si aún tienes algunas dudas, puedes consultar la guía elaborada por la DGT para la seguridad en el transporte escolar.

Ahora que conoces el procedimiento para hacer un viaje seguro con tus alumnos en los autobuses escolares, tanto para el trayecto diario al colegio como para acompañarles a excursiones fuera de tu localidad, solo te queda disfrutar del viaje.