El invierno ha llegado a Madrid y con él la climatología adversa como el frío y la nieve. Aún así, muchos son los que aprovechan y viajan con la familia, con los amigos o realizan excursiones en un microbús para poder disfrutar de este manto blanco en la sierra.

La conducción de autobuses sobre nieve puede convertirse en una situación algo complicada, pero siguiendo los consejos adecuados podemos hacer que sea más segura.

Distancia de seguridad

Es fundamental que cuando comiencen a caer los primeros copos de nieve moderemos la velocidad y aumentemos la distancia de seguridad. La anticipación visual será nuestra mayor aliada y cuanto más espacio dispongamos con respecto al vehículo de delante, más tiempo tendremos para frenar o esquivarlo. Asimismo, hay que ser conscientes que la distancia de frenado puede llegar a ser el doble con el pavimento mojado y hasta diez veces mayor cuando existe hielo en la calzada.

Suavidad en la conducción

Cuando vayamos a circular sobre nieve hay que hacerlo de una forma suave, evitando cualquier maniobra brusca, siguiendo las marcas de rodadura del vehículo de delante y previendo las circunstancias. De esta forma, se debe evitar los acelerones y los giros excesivos al volante. Por otra parte, si tenemos que frenar, deberemos de usar el propio motor para detener el vehículo y pisar el freno de forma gradual y siempre con las ruedas rectas para intentar no perder el control del autocar.

 

Tomar las curvas

A la hora de tomar las curvas, siempre tendremos que hacerlo sin acelerar bruscamente o  girar demasiado el volante para evitar el subviraje y que el autobús pueda derrapar del tren delantero.  Así, es muy importante sujetar firmemente el volante y mantener la trazada inicial para que salgamos suavemente de la curva.

Subidas y pendientes

Si nos encontramos bajando una pendiente con lluvia, hielo o nieve deberemos de ser especialmente cuidadosos, ya que el vehículo puede perder la adherencia y derrapar. Para evitar este tipo de situaciones, intentaremos no alcanzar altas velocidades y frenaremos suavemente y con bastante distancia por si el autobús se pudiera deslizar.

Por otra parte, si nos encontramos transitando a baja velocidad o tenemos que arrancar el vehículo en una subida, es posible que al emplear la primera velocidad las ruedas patinen. Para que el autobús comience la marcha correctamente, deberemos intentar usar la marcha más larga y en el caso de que tenga que ser la primera, lo haremos lo más suave posible.

Quitar la nieve

Si el vehículo estaba estacionado tendremos que quitar toda la nieve acumulada de zonas clave como lunas y ventanillas para poder tener toda la visibilidad posible. También, no se deben activar los limpiaparabrisas nada más subir al autobús ya que la nieve o las bajas temperaturas pueden haber provocado que el propio limpiaparabrisas o el líquido se hayan congelado y que con el peso de la nieve se partan.

Por otra parte, cada cierto tiempo deberemos de comprobar los frenos y retirar el exceso de nieve acumulado en la zona del guardabarros, ya que pueden provocar que los frenos se congelen o no funcionen correctamente.

Como podemos ver, siguiendo estos consejos y teniendo especial precaución en zonas sombrías, la conducción sobre nieve o hielo puede ser mucho más segura y podremos disfrutar del paisaje blanco de nuestro trayecto.